sábado, 23 de junio de 2007

Asociaciones, grupos de intercambio



Si alguien hace una colección de un objeto determinado, es porque ese objeto le interesa. Intercambiar información entre coleccionistas, ofrece muchos aspectos positivos, aparte de conocer a otras personas con las que se tiene una afición en común (muchas veces sólo esa, hay que reconocerlo).

Es fundamental a la hora de coleccionar, el saber el precio que nos pueden pedir por una pieza, identificar las más buscadas, conocer las más comunes, informarse dónde pueden conseguirse, conocer su evolución en el tiempo para poder llegar a datarlas, etc. Dejando de lado estas cuestiones prácticas, hay que pensar también que el poder asomarnos a otras colecciones similares a la nuestra, nos permitirá disfrutar de algo que nos gusta, aunque no nos pertenezca.

Por todo esto, nos parece muy positivo el que los coleccionistas de diferentes objetos, se organicen entre ellos, colaborando voluntariamente para dar a conocer el objeto de su afición al público en general, facilitándose información y ayuda.

jueves, 21 de junio de 2007

Colección de amigos




Mariano Coronas Cabrero

lleva muchos años echando a volar trimestralmente "El Gurrión" una revista hecha en Labuerda (Huesca), pero cuyo contenido abarca a toda la comarca, y donde se recogen no sólo noticias de la actualidad sino también artículos de Historia, tradiciones, curiosidades, vivencias personales.

En esta estupenda publicación, que ya ha llegado al n° 107, hay una sección que a nosotros nos interesa especialmente, y que nos parece una iniciativa estupenda . Con el título de: “Y tú, ¿qué coleccionas?” se asoma cada trimestre un lector a las páginas de “El Gurrión”, para contar qué es lo que colecciona.

Así, hemos podido conocer las siguientes colecciones: Antonio Blan, sellos. Sebastián Gertrúdix, artículos y libros que tratan de propuestas metodológicas en el campo de la pedagogía. Santiago Fernández, diccionarios. Ana Campo, sobres de azúcar y edulcorante vacíos. Laura Beatriz Andreu, pájaros de loza de Sargadelos. Daniel Coronas, banderines de equipos de fútbol y chapas de botellas de bebidas. Y tantas y tantas colecciones que no podemos enumerar aquí, pero que nos encantaría que nos presentaran personalmente los propios coleccionistas.

Mariano Coronas también tiene alma de coleccionista, y no se resiste a guardar cosas que le interesan, como fósiles, fotografías, recortes de prensa, pegatinas, pins, sellos, publicaciones de Sobrarbe, posavasos, marcapáginas o puntos de libro....


lunes, 18 de junio de 2007

La miopía (por no decir ceguera) de las instituciones culturales





Es paradójico lo que ocurre. Sería razonable pensar que las personas e instituciones que se ocupan de los asuntos de Cultura, son más receptivos que sus conciudadanos a la belleza, a la innovación y a la originalidad, no en vano la historia del arte está hecha de todo eso. Pues no. Tienen cuatro cosas declaradas como competencia de Cultura, y lo demás no les interesa. !Que pena que haya tanta falta de iniciativa!

Con la exposición de una colección se puede aprender mucho, además de disfrutar de la belleza y rareza de las piezas expuestas. Entre otros muchos aspectos positivos, visitar una exposición puede servir de estímulo a los niños y a los jóvenes para que comiencen también ellos a interesarse por alguna cosa y da la posibilidad de que padres e hijos compartan aficiones.

Pero, tal y como están las cosas, es muy dificil conseguir que los organimos oficiales ayuden a dar a conocer una colección. Es más fácil que se organice una exposición sobre fotografías de sombreros que de sombreros. !Chapeau!

lunes, 11 de junio de 2007

coleccion de hueveras


Otra colección a la que dedicamos mucho tiempo y entusiasmo es la de hueveras. En este momento hemos llegado a 5.471 piezas, pero el número cambia casi cada día.

¿Por qué las hueveras? pues no sé, la verdad es que hubiera podido ser cualquier otra cosa, porque se pueden coleccionar miles de cosas estupendas, pero... Algunas de las ventajas que ofrecen estos objetos, es que son pequeños, suelen tener un precio muy abordable, se encuentran en casi todos los países y, cualidades que yo aprecio mucho, conjugan la belleza y la utilidad.

El ser humano, que tiene tantas cosas importantes que hacer, pues ha dedicado mucho de su tiempo y sus energías concretamente a este asunto: cómo comer un huevo pasado por agua. Y puede decirse que ha derrochado imaginación.

Desde que se le ocurrió hacer un recipiente específico para este uso, se han hecho hueveras en todos los materiales posibles: madera, metal, cerámica, porcelana, plástico, piedras semipreciosas, mimbre, papel.


Las ha hecho de todas las formas: forma sencilla, doble, con platito unida, con platito separada, con forma de animal, de persona, en conjuntos de dos piezas, de tres, de cuatro o hasta seis hueveras con su bandeja.


En fín, las hueveras dan mucho de sí. Son una buena muestra del ingenio humano. También pueden ser una muestra de refinamiento (las hay muy sofisticadas), de innovación (de diseño), de sentido del humor (las hay muy divertidas) y hasta de ternura (reproduciendo escenas infantiles o mensajes).

No hay que olvidar, que las hueveras también tienen su historia.

El que quiera asomarse a esta colección puede ir a nuestro blog: http://lahuev.blogspot.com/
La encontrará en inglés en:
http://eggcups.blogspot.com/


jueves, 7 de junio de 2007

Colección de amigos


Es nuestra colección favorita, no lo podemos negar. Como todo objeto de colección, a estos amigos los queremos guardar para nosotros, pero, también, los queremos compartir con los demás. Queremos hablar de ellos y dar a conocer sus proyectos e iniciativas, porque son gente inquieta, que tienen ilusión por muchas cosas.

En realidad, tienen tantas iniciativas que es difícil conocerlas todas !hasta ayer mismo no sabíamos que Antonio tiene un estupendo blog sobre coleccionismo!









Sin cabeza







Para cumplir un requisito legal, si se quiere hacer una exposición pública de una colección privada, se exige presentar las facturas de todas las piezas que se van a exponer, tarea completamente imposible si se trata de pequeños objetos, que no suelen tener valor por sí mismos. ¿Cómo se puede determinar lo que cuesta la chapa de una botella de cerveza? ¿quién le puede poner precio a la etiqueta de una botella de vino? ¿dónde se puede encontrar el justificante de lo que se ha pagado por una tarjeta postal?


Muchos coleccionistas consiguen las piezas de su colección gracias a regalos de amigos y familiares, o acudiendo a mercados especializados, donde se suele recurrir al intercambio. Por otra parte, ¿alguien se imagina que es posible exigir una factura por una compra de 5 euros en el mercado de Los Encantes de Barcelona o en el Rastro de Madrid?


No se tendría que teorizar, poniendo reglas y obligaciones, sin haber examinado cuidadosamente los hechos prácticos, pues resulta evidente que no es lo mismo una colección de pintura al óleo o de relojes del siglo XVIII que una colección de ceniceros, sin que, a priori, se tengan que considerar más importantes las primeras...

martes, 5 de junio de 2007

¿Cuánto vale?





Una colección cuesta dinero, esfuerzo, trabajo y mucha energía. Una colección vale, cuando se quiere vender, mucho menos de lo que ha costado. Y cuando se quiere conservar, cuesta más de lo que vale.


Al coleccionista le formulan muchas veces la pregunta ¿cuánto vale tu colección? como si se pudiera evaluar la ilusión, el tiempo, los conocimientos, la satisfacción y tantos otros conceptos inaprehensibles. ¿Quién puede ponerle precio a una colección de aquellos cromos que salían con las tabletas de chocolate, de las tarjetas recordatorio de Primeras Comuniones, de utensilios usados por los carpinteros, etc.? Todo es importante e irremplazable para conocer un periodo de tiempo, una clase social, un área geográfica.


Es difícil valorar una colección, porque muchas veces las piezas objeto de esta colección no tienen un valor intrínseco (¿cuánto puede valer una bolsita de azúcar de las que acompañan un café?), lo que las hace importantes es precisamente la intervención del coleccionista, que anota su procedencia, las compara entre sí, advierte las particularidades, deja constancia de sus características.